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Santa María de Piasca
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Ábside
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Portada del siglo XIII
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Detalle de la portada
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Excavaciones
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Puerta acceso al claustro
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El ábside
del SE de la iglesia es semicircular con dos contrafuertes, destacando
en el centro una ventana geminada. En los canecillos aparecen figuras como
el búho, perro, sirena de dos colas, etc. El ábside central
es de mayor altura y la principal modificación la sufrió
en el año 1439, debido a las grandes inundaciones que sufrió
la iglesia. Consta de tres cuerpos, en cuyo centro existe una gran ventana
enmarcada por dos columnas con capitel y cimacio y arquivolta tallada con
diversos motivos; a su izquierda existe una pequeña ventana gótica.
En una lápida
de fina piedra, embutida en el lado izquierdo del muro de la portada principal
de la iglesia, existe una inscripción que recuerda la creación
de la iglesia, así como una reforma importante de la misma. Su traducción
es: "En el décimo día de las calendas del mes de marzo y
en honor de Santa María, fue hecha la dedicación de esta
iglesia por Juan, Obispo de León; estando presente el abad de Sahagún
Don Gutierre y el prior de este lugar Don Pedro y Covaterio, el maestro
de la obra. Dos veces quinientos sumados a tres veces setenta nos dan su
verdadera época de la cual fecha quita dos veces el diez y dos veces
el nueve. Así hallarás el año en que nació
encarnada la Virgen". De esta forma sabemos que en el año 1172 se
construyó la iglesia.
Debido a sus
principios monacales, se realizan unas excavaciones para encontrar lo que
fue la sala capitular y el claustro de este importante monasterio de la
época.
Existe un edificio
primitivo, quizás de los siglos X-XI, que se encuentra situado en
la zona oriental, perpendicular a la fachada sur del templo. Dicho edificio,
de forma rectangular, con los lados mayores ligeramente convergentes poseían
un muros de 1. 20 m. de anchura. En su fachada oeste se ha descubierto
una puerta que daba acceso a un patio, utilizado como cementerio, en el
cual se han descubierto al menos tres tumbas de lajas de la misma época.
Que posiblemente a finales del siglo XII, época en la que se levanta
la iglesia románica, de la que subsisten las dos portadas ornamentadas,
se realiza el claustro monasterial, cuyos muros perimetrales del patio
interior han sido descubiertos. Encuadran una superficie de 15 x 13 m,
es decir 195 m2. El espesor de estos muros es de 70-60 cm. y carecen de
las dos hiladas superiores, en las que apoyarían las columnas o
pies derechos de madera que soportarían la techumbre de las galerías.
La crujía principal sería la que comunica con la puerta sur
del templo, en la que se encuentran las susodichas tumbas de lajas en dos
niveles superpuestos. La crujía meridional acabaría en su
ángulo suroeste con la actual fuente y la crujía oeste enlazaría
con el pórtico del actual edificio existente frente a la portada
occidental del templo. La crujía norte estaría junto a la
fachada sur de la iglesia.
Puerta de la ermita rupestre
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Interior
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SANTO TORIBIO DE LIÉBANA
Dejamos Cambarco deshacemos el camino
hasta Potes, allí retomaremos la carretera de Fuente De. A poco
menos de un kilómetro está el desvío hacia Santo Toribio
de Liébana, verdadero centro de devoción de la zona. Tres
kilómetros nos llevan hasta el aparcamiento del Monasterio.
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana,
está situado en el municipio de Camaleño, en una de los repliegues
del monte Viorna. Su fundación pudo ser obra de Toribio el monje,
natural de Turieno, que predicó en tierras palentinas durante el
siglo VI y se retiró a las montañas de Liébana con
un grupo de compañeros.
En el año 828 aparece por vez
primera citado documentalmente bajo la primitiva advocación de San
Martín. En el 915 viven en comunidad dieciocho monjes. La primera
constancia escrita del cambio de advocación de San Martín
a Santo Toribio es del año 1125. Su culto pudo bien iniciarse con
motivo del traslado desde Astorga (León) del cuerpo del Santo obispo.
A finales del siglo XII el monasterio pasa a ser priorato, dependiendo
de San Salvador de Oña, y será en el año 1256 cuando
se construye la iglesia gótica que, reformada sobre los restos de
otra románica más antigua, es la que se contempla en la actualidad.
Durante la Edad Media el monasterio
tuvo gran importancia a tenor de las donaciones, compras y permutas que
se efectuaron y ejerció un importante dominio en los valles de Valdebaró
y Valdecillorigo, principalmente. En el siglo XIX se promulgó la
Ley de Desamortización de Mendizábal y los bienes del monasterio
fueron adquiridos en pública subasta. Se produjo el abandono del
monasterio hasta que en el año 1961 se hizo cargo del mismo la comunidad
franciscana, que continua en la actualidad.
Las excavaciones realizadas en el interior
de la iglesia han permitido localizar los restos de lo que fue una iglesia
prerrománica, entre los siglos IX y X, con ábsides cuadrados;
pasando posteriormente a construirse una iglesia románica con ábside
semicircular y, finalmente, la iglesia gótica que ahora podemos
contemplar.
La iglesia actual ha sufrido muchas
modificaciones. Tiene tres naves, siendo más ancha la nave central,
que se cubre con bóveda de crucería, que las naves laterales.
En la cabecera existen tres ábsides poligonales y en el ábside
izquierdo se puede contemplar una estatua yaciente de Santo Toribio, del
siglo XIV, realizada en madera de olmo, que se conserva en una urna de
cristal, debido a que antiguamente los peregrinos se llevaban trozos de
astillas de la talla.
Santo Toribio de Liébana
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Puerta del Perdón
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Sepulcro de Santo Toribio
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Lignum crucis
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Relieve de Jesús Otero
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Cueva Santa
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Ermita de San Miguel
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Ermita de Santa Catalina
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Abierta en el muro norte de la iglesia, a comienzos del siglo XVIII, se encuentra la Capilla del Lignum Crucis, de estilo barroco y de planta circular. Existen para su acceso tres tramos; el primero, cubierto con bóveda de crucería; el segundo, con una cúpula sobre pechinas y una linterna octogonal y el tercero, un presbiterio con bóveda nervada. Las pechinas de la cúpula, de un color blanco vivo, representan a los cuatro Evangelistas. El zócalo está decorado con inscripciones latinas alusivas a la Cruz de Cristo.
En el presbiterio se encuentra un templete
de madera dorada, colocado sobre un altar de piedra, que es lo más
significativo de la capilla. Su construcción fue sufragada por Francisco
de Otero y Cossío, nacido en el pueblo de Turieno (Camaleño),
arzobispo de Santa Fe de Bogotá. En el interior del templete
se guarda y venera el "Lignum Crucis". La reliquia fue traída desde
Jerusalén a Astorga por Santo Toribio, guardián de los Santos
Lugares, ante la amenaza de la invasión de los persas; allí,
en su ciudad natal permaneció hasta que muy probablemente, ante
la invasión de los árabes, en el 711, fue trasladada al monasterio
lebaniego junto con el cuerpo de Santo Toribio y otras reliquias que había
traído el Santo desde Jerusalén.
La primera constancia escrita de la
presencia de la reliquia en el monasterio lebaniego se encuentra en un
inventario realizado en el año 1316. En el siglo XVI los monjes
benedictinos dividieron en dos partes el Santo Madero, colocándolo
en forma de cruz e introduciéndolo en el interior de un relicario
de plata sobredorada. Actualmente los peregrinos pueden besar la reliquia
por medio de una abertura en el relicario, que deja un trozo de madera
al descubierto. En el año 1938 se realizó una medición
oficial que dio como resultado las siguientes dimensiones: 63 cm. en su
trozo vertical, 39 cm. en el horizontal y con una anchura que oscila entre
4 y 9 cm., lo que significa que es el mayor trozo de la Cruz donde murió
Cristo que se conserva en la actualidad.
En la fachada meridional de la iglesia
la puerta principal tiene un arco de medio punto, con arquivoltas apoyadas
en capiteles; la segunda puerta es la denominada "Puerta del Perdón",
que sólo se abre durante los Años Jubilares, y es por donde
entran los peregrinos que quieren ganar el jubileo. Es románica,
de arco de medio punto rebajado, y su moderna puerta está decorada
con figuras de bronce que representan a los Santos Lebaniegos y es obra
del escultor cántabro, Pereda de la Reguera.
Cerca del monasterio existen aún
varias ermitas y restos de otras que formaron parte del conjunto monacal.
Sobre todas ellas destaca Cueva Santa, el más antiguo de los oratorios,
situada en la mitad de la vertiente norte de la Viorna y a la que se accede
por una pista y posteriormente por una senda de montaña. Cueva Santa
se edificó aprovechando la roca existente y se accede a ella por
medio de un sencillo arco de medio punto formado por grandes dovelas que
apoya en cimacios prismáticos y éstos, a su vez, sobre jambas
monolíticas. El techo es de lanchas de piedra y hay una pequeña
ventana. Dice la tradición que Santo Toribio se retiraba a orar
a éste lugar.
Otras ermitas son las de San Miguel
(XII), que se encuentra dominando los pueblos de Turieno, Argüébanes
y el macizo Oriental de Picos de Europa, y la de Santa Catalina, de finales
del XII, que conserva su vieja espadaña románica. Hubo otras
ermitas, de las cuales hoy solamente quedan sus restos.
FUENTE DE
Desde Santo Toribio
regresamos al carretera de Potes y en el cruce giramos hacia la izquierda
en dirección a Fuente De. Un camino en cuesta hacia los Picos de
Europa y la estación del teleférico, que nos permitirá
subir hasta los 1.847 metros.
En los años
treinta la atracción por Picos de Europa comenzaba a abrir paso
a los grandes logros que se conseguirían posteriormente para dar
a conocer el maravilloso macizo montañoso. Ya en el año 1903
la compañía minera "Vieja Montañesa" había
instalado un cable desde Lloroza hasta Fuente Dé con el fin de transportar
en cubos el mineral que se extraía de las minas.
El ingeniero
lebaniego José Antonio Odriozola fue el gran impulsor del teleférico
de Fuente Dé, máxima atracción en la actualidad para
los turistas que se acercan a conocer Picos de Europa. La Diputación
Provincial dio vía libre al proyecto y el presidente, D. Pedro Escalante,
encarga la compra de los terrenos, aprobando la construcción del
teleférico el 20 de noviembre de 1962.
El teleférico
proyectado era de sistema bicable sin apoyos intermedios, con la estación
inferior a cota 1.070,25 y la superior a cota 1.823,75, desnivel que se
salva en un solo vano con 1.419 metros de cable, en el anfiteatro de Fuente
Dé (Camaleño), cerca del nacimiento del río Deva.
La estación superior termina junto al mirador del cable, desde donde
se domina un magnífica panorámica del Valle de Camaleño
y de la Cordillera Cantábrica.
Camino de Fuente De
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Teleférico de Fuente De
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Desde el teleférico
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Desde arriba
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Estaba concluyendo
el mes de junio de 1966 cuando se realizan las primeras pruebas en el teleférico
de Fuente Dé, con las cabinas lastradas. Se sabe que el primer pasajero,
colándose de polizón, fue Nicolás Soto, empleado de
Diputación, el día 12 de julio.
El teleférico
de Fuente Dé comenzó a funcionar para el público el
21 de agosto de 1966. En los doce primeros días transportó
por término medio 300 personas diarias y se calculaba que a pleno
rendimiento podía hacer hasta 140 viajes.
Después
del aumento de la capacidad de las cabinas las características técnicas
del teleférico de Fuente Dé eran las siguientes: la altitud
de la estación inferior es de 1.094 metros y la estación
superior tiene 1.847 metros; la longitud horizontal de la línea
es de 1.202,50 metros y su longitud real, 1.419,10 metros; la diferencia
de nivel entre los puntos extremos es de 753,50 metros y la separación
entre cables es de 7,50 metros, con dos cabinas en línea con una
capacidad de viajeros (incluido el conductor) de quince personas.
El 21 de julio
de 1990 se inaugura la ampliación de las nuevas cabinas, incrementando
la capacidad con cabinas para 28 personas, subiendo 500 pasajeros a la
hora, al aumentar la velocidad de las cabinas a 10 m/seg, con una longitud
de cable de 1.640 metros; también se dota al teleférico de
un nuevo sistema de seguridad con tres frenos: servicio, seguridad y emergencia.
Al llegar arriba
hay un servicio de taxi que te lleva al otro lado de los Picos y
a un restaurante a 4 kilómetros en Áliva. Incluso si se tiene
granas de andar cogiendo un sendero bien indicado, después de dos
horas de caminata puedes conseguir una panorámica del famoso Naranco
de Bulnes, pero eso será en otra excursión.
Después
de regresar a la estación base del teleférico, de nuevo hacia
Potes donde nos espera un recorrido por la capital de la comarca de Liébana.
POTES
Llegados a Potes
recorremos todo el núcleo urbano salpicado por los vestigios de
la Edad Media.
Dos fueron los
núcleos de población que fueron formando la villa; uno se
originó al sur del río Quiviesa, en las cercanías
de la actual calle de San Pedro, teniendo al sur el barrio de La Solana,
donde la población se concentró alrededor de la iglesia de
San Pedro, que aparece documentada desde el siglo X; el otro núcleo
se formó en la ribera izquierda del río Quiviesa, de gran
interés estratégico para el control de las comunicaciones.
Este núcleo de población dio origen al actual barrio de El
Sol y, posteriormente, al barrio de La Serna, donde se edificó la
antigua iglesia de San Vicente.
El primer documento
escrito donde se hace referencia a la villa de Potes es del 28 de marzo
del año 847, donde se cita a la "strata publica qui discurrit ad
Pautes...". La antigua iglesia parroquial y la villa aparecen en documento
del año 952 y el 12 de julio del año 990 el presbítero
Vermudo y su madre donan a San Vicente de Potes las ermitas de Santa María
en Valmayor; San Cosme y San Damián, Santa Olalla y, San Pedro,
edificadas en el término de la villa.
De entre sus
monumentos, la obra más representativa y sobresaliente de la arquitectura
civil de la villa de Potes es la Torre del Infantado. Es un edificio medieval
de mampostería, a excepción de esquínales y vanos, compuesto
por cuatro cuerpos y una azotea, con cornisa de modillones que sostenía
una barbacana corrida, que a su vez estaba rematada por almenas. Conserva
cuatro pequeñas torres cúbicas almenadas en cada esquina.
Se accede al edificio por medio de una larga escalinata y atravesando una
puerta con arco apuntado. Por encima de la puerta hay un balcón
corrido cuyos ventanales están enmarcados por alfiz. En los muros
de la torre, se pueden observar varios vanos con ventanillas ajemeizadas
de arco escarzano, que son de pequeñas dimensiones, propias de un
edificio defensivo.
La fundación
de la Torre del Infantado se atribuye a la familia de los Lama. En el siglo
XIV perteneció a Don Tello, señor de Liébana, hermano
del rey Enrique II e hijo de Alfonso XI, de quien recibió los realengos
de las merindades de Liébana y de Aguilar; posteriormente la heredó
su hijo, Juan Tellez, y recibió de Enrique II el 18 de febrero de
1371, en donación por vía de mayorazgo, entre muchas posesiones,
las tierras de Liébana.
Otro monumento
destacado es la torre de Orejón de los Lama. Situada en el barrio
del Sol, cerca del puente de San Cayetano. Tiene tres pisos y en la fachada
del segundo se conservan dos ventanas ajimezadas de arco apuntado. Hay
dos escudos entre laureles con las armas de Celis y de Bedoya. Es construcción
del XV-XVI.
Torre del Infantado
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Torre de Orejon de los Lama
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Casa en Liébana
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Puente de San Cayetano
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La ermita de Valmayor
es un edificio de una sola nave con capilla principal cubierta de lunetos;
tramo cuadrado cubierto con bóveda de crucería de ocho elementos
y dos tramos iguales cubiertos de lunetos. La puerta está abierta
al sur y existe una espadaña sobre ella, con tronera y campana.
En el interior del retablo se encuentra la imagen de la Virgen de Valmayor.
Tres tallas muy antiguas, que representan a Santa Ana, la Virgen y el Niño;
Inmaculada y, Virgen sedente con Niño sentado en la rodilla, se
encuentran depositadas por seguridad, en el Museo Diocesano de Santillana
del Mar. Se accede a ella después de recorrer un kilómetro,
por un camino que parte a la izquierda de la carretera que conduce de Potes
a Vega de Liébana.
Conocemos la
existencia de la ermita de la Virgen de Valmayor desde finales del siglo
X, cuando el 12 de julio del año 990, en el Cartulario del Monasterio
de Santo Toribio de Liébana, se cita como el presbítero Vermudo
y su madre Froilo, donan a San Vicente de Potes cuanto poseen y entre las
iglesias se cita a Santa María de Valmayor, San Cosme y San Damián,
Santa Eulalia y, San Pedro, todas ellas en la villa de Potes.
Bueno, el día
se ha terminado y antes de regresar a la Posada San Pelayo,
nos merecemos una cena ligera, que la comida ha sido buena y abundante.
Escogemos un restaurante detrás de la vía principal, El Refugio,
se llama. Atendido por una residente de Potes, pero nacida en Gran Bretaña,
tiene un embutido de menos calidad que el del día anterior en Los
Camachos, pero una tabla de queso mucho más completa.
En el restaurante
destaca la presencia de personas de otros países, será por solidaridad
con la dueña.
De lo que si
hemos de hacer mención es de la comida:
Bajando de Fuente
De, todo nos aconsejaron en Mesón Los Llanos, pero estaba cerrado
por esas fechas (finales de septiembre) y acabamos unos 800 metros en dirección
a Potes, en el Mesón Los Molinos, con menú
y carta. Tres comidas 6.100 pesetas. No está mal, la relación
calidad precio es buena. El cocido Liebanes, es muy apetitoso y está
bien hecho, su precio en Los Molinos 1600 pesetas. Las otras dos comida
fueron ensalada (bien aliñada) y Escalopa, que nada tiene que ver
con la que comemos en los grandes núcleos urbanos.